El lunes 12 de agosto de 2024, el auditorio del edificio central “Ing. Com. J. Alfredo Aguilar Álava” vibró con las interpretaciones teatrales de los estudiantes del tercer semestre de Psicopedagogía de la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil (ULVR). Bajo la dirección de la máster Mélida Campoverde Méndez, docente de Diseño Curricular, los jóvenes revivieron dos leyendas urbanas de Guayaquil: la misteriosa Dama Tapada y la ancestral historia de Guayas y Quil.
La primera obra comenzó con un video que introdujo al público en la historia de la Dama Tapada, creando una atmósfera de expectativa. La escena inicial, protagonizada por tres vecinas chismosas, reveló la noticia de la muerte de don Bermejo, un hombre que fue encontrado con una expresión de terror en su rostro y espuma en la boca. La conversación entre las vecinas, que rápidamente pasó de lo trágico a lo burlón, estableció un tono de humor negro que preparó al público para lo que estaba por venir.
El segundo acto se trasladó a un bar, donde un grupo celebraba una reciente promoción. El protagonista, visiblemente ebrio, intentó sin éxito conquistar a la mesera, quien lo rechazó recordándole que estaba casado. La situación se tornó caótica cuando, al quedarse sin dinero, el borracho fue expulsado del bar, terminando su noche en las cercanías del cementerio.
Aquí, en un giro inesperado, el protagonista se encontró con un fantasma que, confundido, comenzó a reclamarle a “María Angula” que le devolviera las tripas que se había llevado de su tumba. El público estalló en risas cuando el borracho, sin perder la compostura, le respondió al fantasma que se había equivocado de historia, ya que la leyenda de María Angula no tenía lugar allí. El fantasma, aún más confundido, pidió indicaciones para encontrar su camino, generando una escena cómica que rompió con la tensión previa.
Sin embargo, la comedia dio paso al horror cuando la verdadera Dama Tapada apareció, seduciendo al protagonista con su belleza. La tensión alcanzó su punto máximo cuando, al intentar besarla, el borracho descubrió la calavera oculta bajo el velo, un rostro descompuesto que despedía un hedor a muerte. El público contuvo la respiración mientras el protagonista, en un acto desesperado, gritaba de terror antes de caer al suelo muerto, tal como don Bermejo.
El clímax de la dramatización llegó cuando la Dama Tapada, con su macabro rostro al descubierto, comenzó a caminar entre el público, provocando sustos y risas nerviosas a su paso.
La segunda dramatización, la leyenda de Guayas y Quil, ofreció un cambio de tono. La narradora abrió con un dato histórico, mencionando los monumentos erigidos en honor a estos personajes en Guayaquil. La obra exploró la llegada de los conquistadores españoles y la resistencia de los huancavilcas. Con un enfoque en la identidad y la libertad, Guayas se alzó como símbolo de lucha, pronunciando con firmeza: “Somos huancavilcas, lucharemos por nuestra libertad hasta el fin”. El relato finalizó con un recordatorio de la importancia de mantener viva nuestra historia y cultura, dejando en los presentes un sentimiento de orgullo y reflexión.
La máster Campoverde subrayó la importancia de la dramatización en la formación psicopedagógica, señalando que “esta técnica no solo permite evaluar y recolectar datos, sino también comprender el contexto social, familiar y educativo del estudiante”. Su comentario resaltó el valor educativo de la actividad, conectando el arte escénico con el aprendizaje integral.
Por su parte, el decano de la Facultad de Educación, máster Luis Manzano Díaz, cerró el evento con unas palabras de motivación. Reconoció el talento demostrado por los estudiantes y la importancia de su formación integral, afirmando que “esto es lo que hace la ULVR: formar personas capaces de transformar la sociedad”. Con esta reflexión, se dio por concluida una tarde donde la tradición y la creatividad se unieron para ofrecer un espectáculo inolvidable, dejando una huella en todos los presentes.