La exposición Arte Sin Límites no solo se presenta como una exhibición convencional, sino como una experiencia sensorial y profunda que invita al espectador a sumergirse en el mundo de los jóvenes artistas de ASENIR, un centro dedicado a la atención de personas con discapacidad. Organizada en colaboración con la Universidad VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil (ULVR), esta muestra no se limita a las paredes de una galería: se extiende al aire, al sonido, al aroma, a las texturas, creando una atmósfera única que deja una huella profunda.
La directora de la carrera de Comunicación en la ULVR, explica que la idea detrás de esta exposición es que cada obra de arte sea vivida en su totalidad. “Los trabajos no solo se aprecian a través de la vista, sino que también a través del tacto, el olfato y el oído. Los jóvenes de ASENIR han logrado transmitir a través de sus obras la esencia de la naturaleza, sus colores vibrantes y las emociones que estas nos generan”, comenta con entusiasmo.
La exposición no solo es un proyecto artístico, sino también un espacio de aprendizaje colaborativo. Mientras que el montaje de la instalación fue realizado por las profesoras de ASENIR, los estudiantes de sexto semestre de Comunicación en la ULVR han jugado un papel clave en la difusión de los trabajos y las actividades de la institución. La instalación está ambientada con luces suaves, proyecciones visuales y sonidos de agua, creando una atmósfera que transporta a los asistentes a un paisaje que se mezcla entre la realidad y la fantasía.
“Es una experiencia inmersiva”, añade la directora, refiriéndose a la instalación artística que contiene desde cuadros en acrílico hasta obras en 3D. En las paredes, se aprecian flores pintadas con una paleta de colores brillantes que parecen cobrar vida propia. “Cada obra es un reflejo del sentir de los jóvenes. Hay rosas, margaritas, girasoles y tulipanes, y detrás de cada uno de ellos, una historia, una emoción, un mensaje”, afirma.
Los visitantes no solo se encuentran con el arte de los jóvenes de ASENIR. En el área externa de la instalación, los artistas plásticos Marcos Rivadeneira y Juan Carlos Elizalde también exhiben sus trabajos. Para ellos, la oportunidad de compartir espacio con los jóvenes artistas es una experiencia enriquecedora. Rivadeneira, conocido por su estilo Neo Pop, destaca la capacidad de los jóvenes para mezclar técnicas y materiales. “Lo que hemos visto aquí es impresionante. Las combinaciones de colores, las texturas y el uso de luz son elementos que intensifican la experiencia. Este tipo de iniciativas deben ser aplaudidas”, comenta Rivadeneira, quien también valora la colaboración entre las dos instituciones y el apoyo al talento emergente.
Por su parte, Juan Carlos Elizalde, artista visual que ha tenido la oportunidad de estudiar y exponer a nivel internacional, expresa su admiración por la propuesta inmersiva de la exposición. “Los jóvenes han logrado un manejo excepcional de los materiales. El uso de colores iridiscentes, la instalación de luces y aromas, todo se conjuga perfectamente para ofrecer una experiencia relajante y pacífica, que conecta a los espectadores con la naturaleza”, dice Elizalde.
Este proyecto de vinculación con la sociedad no solo expone las habilidades artísticas de los jóvenes de ASENIR, sino que también resalta la importancia de abrir espacios para el desarrollo de la creatividad sin restricciones. La colaboración entre la Universidad VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil y ASENIR es un ejemplo de cómo las instituciones educativas pueden contribuir al crecimiento de los talentos de la comunidad, demostrando que el arte es un lenguaje universal que no conoce límites.