Cuando las manos de estudiantes universitarios toman instrumentos hechos con creatividad y dedicación, se desata una sinfonía que trasciende lo musical y llega al corazón de quienes la presencian. El pasado martes 13 de agosto, a las 5 de la tarde, el auditorio del edificio central de la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil (ULVR) se convirtió en el escenario de una experiencia única.
Guiados por el máster Salvador Rivera Orellana, docente de la cátedra Expresión Musical, los estudiantes de tercer semestre de las carreras de Educación Inicial y Educación Básica del turno vespertino demostraron que la música no solo se produce con violines y pianos, sino con la imaginación y la innovación. Esta actividad formó parte de los Proyectos Integradores de Formación y Saberes (PIFIS) de la Facultad de Educación (FEDU), mostrando el verdadero alcance de la educación cuando se promueve el ingenio.
En la primera parte del evento, los estudiantes interpretaron la Contradanza número 5 de Beethoven y la Habanera de la ópera Carmen. Pero lo que realmente capturó la atención de todos fue la manera en que lo hicieron: los instrumentos que utilizaron fueron fabricados por ellos mismos. Desde maracas elaboradas con botellas plásticas llenas de arroz y lentejas, hasta tambores hechos con latas recicladas de fórmula para bebés, los estudiantes demostraron que la música puede surgir de los materiales más inesperados. Los xilófonos y melódicas, aunque convencionales, adquirieron un nuevo significado en manos de estos talentosos jóvenes.
El uso de materiales reciclados no fue una casualidad, sino una decisión cargada de propósito. ¿Qué harías si como futuro educador te encontraras en una institución con recursos limitados? La respuesta que estos estudiantes dieron es clara: la creatividad no tiene barreras. Demostraron que, con ingenio, no hay excusas para privar a los niños de la experiencia de hacer música, independientemente de las limitaciones económicas.
En la segunda parte del evento, los estudiantes llevaron al público a un viaje sonoro a través de musicogramas, una técnica que utiliza símbolos visuales para guiar la ejecución musical en tiempo real. Durante las interpretaciones de los temas de “La Pantera Rosa” y “La Familia Addams”, el auditorio se llenó de aplausos, chasquidos de dedos y momentos de silencio perfectamente sincronizados. Guiados por videos, los asistentes formaron parte del espectáculo, creando una conexión única con la música.
El Dr. Luis Manzano Díaz, decano de la FEDU, no dejó pasar la oportunidad para felicitar a los estudiantes y al docente por su “extraordinario trabajo.” En su discurso, destacó que los estudiantes son “el motor que nos mueve,” recordando a todos que la educación es una orquesta en la que cada nota importa. La ULVR, con iniciativas como esta, reafirma su compromiso de ofrecer la mejor formación, siempre poniendo a sus estudiantes en el centro de todo.
Este evento no solo fue una demostración del talento y la creatividad de los estudiantes universitarios, sino también un recordatorio de que la música, cuando se combina con el ingenio, tiene el poder de transformar cualquier espacio en un escenario lleno de magia.