El sábado 13 de julio, en el marco del acuerdo entre la Prefectura Ciudadana del Guayas y la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil (ULVR), estudiantes y emprendedores se reunieron para una nueva jornada de aprendizaje y colaboración, reflejando la importancia de la vinculación con la sociedad en el crecimiento personal y profesional.
Un Vistazo a los Emprendimientos
Naomi Gómez, estudiante de séptimo semestre de Contabilidad y Auditoría, y líder general de vinculación, compartió con entusiasmo su experiencia: “Los emprendedores están entusiasmados, interactúan entre ellos y asimilan la información que les damos. Esta experiencia es muy positiva para nosotros, ya que estamos aplicando lo aprendido en un entorno real.” Naomi y sus compañeros han pasado de ser estudiantes a facilitadores, un cambio que los prepara para su futuro profesional.
Entre los emprendedores, destaca la historia de Sandra Segura Bastidas, creadora de YUKICHIS, una empresa familiar de elaboración de pan de yuca que nació en medio de la pandemia. Sandra, junto a sus hermanas Patricia y Cecilia, ha aprovechado cada clase para fortalecer su negocio. “Lo que más me ha gustado es la parte de marketing, porque creo que es una de las bases de todo emprendimiento, que empezó en Chile durante la pandemia, pero quiero que crezca en Ecuador. A los emprendedores les aconsejo que se capaciten y aprendan para que sus sueños se hagan realidad.”
Otro caso inspirador es el de Glenda Andrade de Troya, con su marca de bisutería artesanal, Troya’s Design, cuyo eslogan es “Lo hecho a mano es único”. Glenda comenzó hace cinco años como un hobby y ha transformado su pasión en un negocio. “La vinculación con los estudiantes de la ULVR es excelente. Estas clases nos ayudan a corregir errores y mejorar nuestras estrategias. Aunque las ventas no siempre son altas, especialmente en la situación actual del país, estos conocimientos son fundamentales para seguir adelante.”
Rolángel Aponte Rivas, un licenciado en informática venezolano, ha encontrado en Ecuador un terreno fértil para su emprendimiento, El Rey de la Chicha. Su bebida láctea a base de arroz con leche, azúcar y vainilla ha sido bien recibida tanto por ecuatorianos como por la comunidad venezolana. “Me interesó mucho la materia de comercio exterior. Estas clases nos motivan a seguir con nuestro emprendimiento, incluso en tiempos difíciles. Una idea sin acción no tiene transformación, por eso hay que ejecutar.”
La Ruta del Aprendizaje
Lídice Campuzano, estudiante de séptimo semestre de Comercio Exterior (COMEX), reflexionó sobre su papel en este proyecto: “Ha sido un desafío pasar del aula a dar clases, especialmente a adultos. Aplicamos lo que hemos aprendido para hacer llegar mejor la información a los emprendedores. Es una experiencia que nos prepara para el futuro, ya que nos obliga a organizar y planificar nuestras presentaciones.”
Geovanna Espinoza, también de COMEX, destacó la importancia de aplicar lo aprendido en un entorno práctico. “Al principio fue distinto, pero con el apoyo de los docentes hemos podido explicar de manera detallada y dinámica. Esta experiencia nos ha permitido salir de la rutina de solo recibir clases y aplicar lo aprendido directamente con los emprendedores.”
El máster Milton Andrade Laborde, decano de Vinculación con la Sociedad, subrayó el impacto positivo de esta iniciativa: “Estamos en la quinta semana de las siete planificadas. La última semana se culminará con una feria en los bajos de la prefectura. La participación de los emprendedores ha sido constante, lo que demuestra su compromiso y deseo de aprender.”
Un Futuro Prometedor
Estos emprendedores, aunque en diferentes etapas de desarrollo, comparten una visión común: transformar sus ideas en realidades sostenibles y exitosas. Desde aquellos con una presencia en redes sociales hasta los que trabajan en familia o individualmente, todos están dando pasos firmes hacia el crecimiento y la consolidación de sus negocios.
Las clases ofrecidas por la ULVR y la Prefectura del Guayas no solo proporcionan conocimientos técnicos, sino que también empoderan a los emprendedores para enfrentar los desafíos del mercado con confianza y creatividad. Este programa es un ejemplo claro de cómo la colaboración entre instituciones educativas y gubernamentales puede generar un impacto significativo en la comunidad.
Cada historia de emprendimiento es única, pero todas están unidas por el deseo de innovar y crecer. Y es precisamente esta diversidad y determinación lo que hace que estos esfuerzos sean tan valiosos y prometedores para el futuro económico y social del Ecuador.