El auditorio principal de la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil (ULVR) se convirtió en el punto de encuentro para el Primer Congreso de Ciencias Exactas y Experimentales, un evento que reunió a autoridades académicas, docentes, estudiantes e invitados especiales en un espacio destinado a reflexionar y compartir avances en salud, educación, innovación digital y deportes como ciencia.
Desde las primeras palabras del maestro de ceremonias, el Lcdo. Ángel Lucero, se percibió el espíritu colaborativo que marcó la jornada. “Nos complace dar inicio a este evento tan significativo para nuestra comunidad educativa”, señaló con entusiasmo al recibir a las autoridades presentes, entre ellas la Dra. Susana Hinojosa de Gordillo, presidente del Consejo de Regentes de la ULVR, y el máster José Julián Aguilar Hinojosa, director general de la Unidad Educativa Miraflores, quien presidió el evento.
Con la entonación del Himno Nacional del Ecuador como marco solemne, el congreso avanzó hacia su objetivo principal: abrir un diálogo interdisciplinario que abarcara desde la desnutrición infantil hasta la innovación digital y la medicina deportiva. Cada intervención resonó con el compromiso de fomentar el aprendizaje y la búsqueda de soluciones prácticas para los retos del presente y del futuro.
La Dra. Marlene Hernández Navarro, médica y académica de vasta experiencia, inauguró el primer bloque con una exposición sobre el impacto de la desnutrición en el rendimiento escolar. Su charla, cargada de datos contundentes y reflexiones personales, dejó claro que la educación y la salud están intrínsecamente ligadas. “Cuando un niño está bien alimentado, tiene la oportunidad de desarrollar su máximo potencial en todos los aspectos”, afirmó, despertando un sentido de responsabilidad colectiva entre los asistentes.
Las ponencias continuaron con temas que iban desde el acoso laboral, presentado por la Dra. Alexandra Bajaña, hasta el papel de la medicina en emergencias, a cargo del Dr. Xavier Mieles. Cada expositor no solo compartió conocimientos técnicos, sino también anécdotas que conectaron con la experiencia cotidiana de los asistentes.
El congreso no se limitó a la academia. Durante el segundo bloque, centrado en ciencias administrativas e innovación digital, figuras destacadas como la comunicadora Nathy Chong y el periodista Marcelo Ponce aportaron una perspectiva fresca sobre los retos y oportunidades en el ámbito digital. Entre historias de crecimiento personal y experiencias profesionales, sus intervenciones inspiraron a estudiantes y docentes a adoptar un enfoque más innovador en sus proyectos.
Otro de los momentos memorables fue el conversatorio sobre educación inclusiva liderado por la Mgtr. Teresa Toledo Rojas, rectora de la Unidad Educativa Miraflores, quien enfatizó la importancia de transformar los sistemas educativos para garantizar que todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades, tengan acceso a una enseñanza de calidad. “La innovación no es solo tecnológica, también es social”, expresó con firmeza.
Hacia el cierre, la atención se centró en el deporte como ciencia. Profesionales como el Mgtr. Pablo Sarmiento compartieron cómo la integración de la medicina deportiva ha transformado el entrenamiento de atletas de alto rendimiento, ofreciendo un vistazo a cómo la ciencia y el deporte convergen para alcanzar metas cada vez más ambiciosas.
La jornada culminó con presentaciones artísticas, una pausa para reflexionar sobre la importancia de la creatividad en el desarrollo humano. Al final, el máster José Julián Aguilar Hinojosa expresó su gratitud y reflexionó sobre el impacto de este congreso: “Lo que se ha sembrado hoy en este espacio germinará en cada uno de nosotros, transformándose en nuevas ideas y soluciones para los desafíos que enfrentamos como sociedad.”
El Primer Congreso de Ciencias Exactas y Experimentales dejó a cada participante con nuevas ideas, preguntas y, sobre todo, con la motivación para continuar avanzando en sus campos de estudio. Y aunque las luces del auditorio se apagaron, quedó encendida una chispa en cada uno de los que tuvieron el privilegio de asistir.