La primera Feria de Valores de la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil (ULVR) llenó el campus de un colorido multicolor, reflejando un esfuerzo genuino por cultivar la ética y la responsabilidad social entre los estudiantes. En cada rincón del evento, los jóvenes demostraron que los valores no son solo conceptos abstractos, sino principios que pueden guiar cada acción en su vida académica y futura carrera profesional.
La máster Jéssica Aroca Clavijo, directora de Bienestar Universitario y organizadora del evento, lo expresó con claridad: “Nos acercamos a los jóvenes para recordarles la importancia de los valores en su proceso académico”. Esa “respuesta positiva” que ella observa no es casualidad; se reflejó en cada presentación, en cada conversación entre los estudiantes, y en la dedicación que pusieron para integrar estos valores en sus carreras.
Cada espacio de la feria irradiaba un valor diferente, lleno de significado. Los futuros administradores de empresas destacaron la puntualidad como un principio clave. Liseth Arias lo expresó con convicción: “La puntualidad suma o resta en nuestra credibilidad profesional”. Estos jóvenes no solo hablaban del tiempo, sino del valor de cada minuto en la construcción de confianza.
Los estudiantes de Arquitectura, con su stand decorado en verde, rindieron homenaje a la perseverancia. “No siempre logramos nuestras metas al primer intento, pero la perseverancia nos mantiene firmes,” compartió un estudiante mientras explicaba el concepto. La perseverancia aquí no es solo un término, sino una práctica diaria en la vida académica.
La empatía fue la estrella en las presentaciones de Educación Inicial, con actividades que involucraron al público en reflexiones profundas. “La empatía no es solo ponerse en el lugar del otro, sino evitar acciones que puedan herir,” explicó Melanni Duman, destacando que este valor va más allá de lo obvio, invitando a una reflexión constante sobre nuestras acciones.
En el stand de Economía, Kevin Carrillo resumió la esencia de la integridad con palabras simples pero contundentes: “Es la brújula que nos guía cuando enfrentamos dilemas éticos.” Aquí, la integridad se convirtió en el centro de la discusión, recordándonos que es un valor indispensable en cualquier carrera.
Los estudiantes de Psicología reflexionaron sobre la libertad, pero no cualquier libertad, sino aquella que se ejerce con responsabilidad y respeto por los demás. “La libertad nos permite crecer como individuos y como sociedad,” comentó Dayanna Marcillo, subrayando la importancia de un enfoque consciente en el uso de esta virtud.
En Marketing, la lealtad fue presentada como un valor que se cultiva día a día. “Si no la aplicamos no podemos decir que somos leales a nosotros mismos, a nuestros amigos y familias, ni siquiera con las metas que perseguimos con nuestras carreras,” dijo Jonathan Calderón. Su reflexión resuena en todos aquellos que buscan ser fieles a sus principios y a los demás.
Por otro lado, en Contabilidad y Auditoría, la tolerancia se destacó como un valor esencial para la colaboración y el respeto mutuo. “La tolerancia es clave en el trabajo en equipo y en respetar las diferencias,” afirmó Paulina Rubio; mientras que Nylka Campuzano y Andrea Mora, en su exposición por la tarde, nos recordaron la importancia de este valor tanto en lo personal como en lo profesional.
La creatividad también fue protagonista en la presentación de Comunicación, donde un circo lleno de colorido y alegría sirvió de metáfora para la gratitud. Cristhian Falconí nos hizo reflexionar sobre cómo la gratitud es, en sus palabras, “nuestra carta de presentación”. Los estudiantes de Derecho abordaron la honestidad con seriedad. “Sin honestidad, no hay confianza ni en los individuos ni en las organizaciones,” afirmó Andrés Mora, destacando la responsabilidad que recae sobre quienes buscan la justicia.
La amistad fue celebrada con entusiasmo por los estudiantes de Educación Básica, quienes a través de un karaoke, mostraron cómo este lazo se convierte en un pilar fundamental durante la vida universitaria. “La amistad que construimos aquí es un lazo que nos acompañará por siempre,” expresó Selena Meza, encapsulando el valor duradero de las relaciones que se forman en la universidad.
En Ingeniería Civil, la generosidad fue el valor destacado, con un brillante stand en fucsia donde claramente se leía: “La verdadera riqueza de un ingeniero no se mide en los planos que dibuja, sino en las vidas que transforma.” Mathew Navas añadió: “La generosidad se manifiesta en buscar soluciones que mejoren la calidad de vida de la comunidad.” Finalmente, el valor de la honradez fue subrayado por los estudiantes de Comercio Exterior en un stand azul. Odalys León fue clara al decir que “la honradez nos protege de caer en prácticas deshonestas que pueden dañar nuestra reputación y la de nuestras organizaciones”.
El código de vestimenta fue presentado por Bienestar Universitario no solo como un recordatorio de cómo debemos vestirnos sino como un ejemplo vivo de integridad y respeto hacia la institución y hacia nosotros mismos. “Vestirnos de acuerdo con las actividades que realizamos dentro del campus es un reflejo de cómo nos vemos y cómo queremos que nos vean”, destacó la máster Aroca, subrayando la importancia de la imagen personal como una extensión de los valores que promovemos.
Al final, recorrer esta feria fue como caminar por un sendero de virtudes donde cada paso y cada palabra reflejaban un compromiso profundo con los valores que guían a la ULVR. En un mundo que a veces se pierde en lo superficial, es alentador ver cómo estos jóvenes hacen de lo esencial la base sobre la cual construirán un futuro mejor.