La Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil (ULVR) llevó su propuesta académica al corazón del Mall del Sol durante los días 13, 14 y 15 de septiembre. Desde el momento en que los visitantes cruzaban la entrada principal del centro comercial, era difícil no notar la isla de información situada estratégicamente en la planta baja. Lo que prometía ser una simple visita al centro comercial se convertía, para muchos, en la oportunidad de descubrir un nuevo rumbo educativo.
El stand de la ULVR no solo ofrecía folletos y explicaciones sobre las carreras de grado y posgrado, sino también una experiencia cercana. Los delegados de la universidad, siempre dispuestos a escuchar y responder dudas, brindaban una atención personalizada que dejaba una impresión positiva en todos los que se acercaban.
Lo más emocionante fue encontrarse con exestudiantes que, recordando con cariño a sus profesores y su experiencia universitaria, buscaban ahora información sobre las opciones de posgrado. Aquellos reencuentros añadían un toque nostálgico, que reafirmaba el vínculo de la ULVR con su comunidad.
El sábado y el domingo, los días de mayor afluencia, el ambiente estuvo especialmente animado. Las familias paseaban por el centro comercial, y muchos se acercaban no solo a solicitar información, sino también a tomarse fotos con el famoso Búho de la ULVR, cuya energía contagiosa encantaba a niños y adultos por igual. La isla de promoción académica se transformó en un espacio de comunidad, donde cada visitante, potencial estudiante o no, encontraba una razón para sonreír.
Además de la isla de información, la ULVR dejó su huella en otros rincones del Mall del Sol. Una cenefa colocada en el ascensor B de la Torre Mega, con un código QR, invitaba a los usuarios a conocer la oferta académica con solo un escaneo. Esta acción, visible durante un mes, será un recordatorio constante de que la educación de calidad está al alcance de un clic.
El evento, que se coordinó en colaboración con la Corporación NOBIS, demostró que la ULVR no solo está a la vanguardia en estrategias de promoción, sino que sigue manteniendo ese toque humano que siempre la ha caracterizado. Al final de la jornada, muchos de los que pasaron por el stand se llevaron algo más que información: se llevaron una sensación de cercanía, la certeza de que la educación no es solo un reto académico, sino una experiencia compartida desde el primer contacto.
De esta manera, la ULVR demostró que sabe cómo adaptarse a los tiempos modernos sin perder de vista lo esencial: el vínculo cercano con su comunidad, ya sea en las aulas o en el centro comercial más concurrido de la ciudad.
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