La enseñanza en la educación inicial ha dado un giro notable en los últimos años, enfocándose cada vez más en métodos que no solo fomentan el aprendizaje académico, sino también el desarrollo emocional y social de los niños. En este contexto, los rincones de aprendizaje se han convertido en una herramienta clave. Espacios donde, con materiales tan simples como arena, agua o arcilla, los niños pueden explorar y aprender a su propio ritmo.
Los estudiantes de la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil (ULVR) presentaron una innovadora exposición de rincones de aprendizaje en el marco de la materia de estimulación temprana. Este ejercicio no solo les permitió aplicar lo aprendido, sino también reforzar su compromiso con la formación integral de los futuros educadores. A través de estas actividades, los estudiantes de la ULVR demuestran cómo la universidad fomenta la creatividad y el pensamiento crítico, preparando a sus futuros profesionales para enfrentar los retos de la educación con metodologías modernas y centradas en el desarrollo integral.
Uno de los rincones más destacados fue el de arena, según Katiuska Vera, estudiante y parte del equipo, “aunque a menudo no se aplica por su mantenimiento, el rincón de arena trae innumerables beneficios. Es un espacio que permite a los niños experimentar con texturas y desarrollar habilidades motoras que les serán útiles en su futuro”. Los niños, al manipular la arena, no solo juegan, sino que también aprenden a coordinar sus movimientos y mejorar su concentración.
En otro rincón, el de agua, se utilizaron materiales como cajas de cartón, esponjas y figuras de animales acuáticos para que los niños pudieran explorar conceptos básicos de física y química de una manera divertida y práctica. Este espacio fomenta la experimentación sensorial y el entendimiento de las propiedades del agua, mientras los niños se sumergen en actividades que estimulan su creatividad y habilidades cognitivas.
Por otro lado, el rincón de juegos tranquilos promueve un espacio para la calma y la relajación. Según Melany Zambrano, integrante del grupo, “el rincón tiene como objetivo ayudar a los niños a regular sus emociones y manejar el estrés desde temprana edad. Es vital que los niños aprendan a estar tranquilos y a gestionar sus emociones. Este espacio les permite desarrollar habilidades que les serán esenciales para su vida futura”.
El rincón musical, por ejemplo, está diseñado para fomentar el desarrollo emocional y social de los niños. Andrés Benavides, uno de los miembros del grupo, explica que “el rincón de la música favorece la creatividad y la expresión emocional. A través del sonido, los niños se conectan con su entorno y se expresan sin palabras”. Este rincón es, por tanto, mucho más que un espacio para tocar instrumentos: es un lugar donde se cultivan habilidades cognitivas y motoras.
Cada rincón presentado no solo representa una actividad lúdica, sino que tiene un propósito educativo claro. El rincón de modelado, con arcilla y plastilina, permite a los niños desarrollar habilidades manuales mientras expresan su creatividad. El rincón de lectura fomenta el amor por los libros, un pilar en la formación intelectual de cualquier niño. Por otro lado, el rincón de hogar promueve la cooperación y la autonomía, enseñando a los niños tareas cotidianas como limpiar o cocinar a través de juegos de roles.
La propuesta de estos rincones es clara: se trata de crear espacios que complementen el aprendizaje académico con experiencias que enriquezcan el desarrollo integral de los niños. No es solo cuestión de aprender sobre materias tradicionales, sino también de explorar emociones, desarrollar habilidades sociales y experimentar el mundo que los rodea. Estos rincones de aprendizaje no son solo una tendencia; son una necesidad en la formación de los futuros ciudadanos. En este sentido, la Universidad Laica Vicente Rocafuerte, con su enfoque práctico y holístico, continúa demostrando su compromiso con la educación de calidad, impulsando a sus estudiantes a ser agentes de cambio en la sociedad.