Psicología y videojuegos: una inmersión en el estrés competitivo

Por décadas, la psicología del deporte se ha centrado en disciplinas tradicionales como el fútbol, el tenis o la natación. Pero en el aula de la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil, un grupo de estudiantes ha llevado la investigación un paso más allá, explorando el impacto psicológico de los eSports.

En esta ocasión, la actividad no se desarrolla en una cancha, sino en una pantalla. Los protagonistas son los alumnos del itinerario de Psicología Deportiva, dirigidos por el máster José Julián Aguilar Hinojosa, quienes han diseñado un experimento de observación y análisis con el videojuego Dragon Ball Sparking Zero.

“El objetivo es simular el trabajo de un psicólogo en un torneo real”, explica el doctor Armenio Pérez Martínez, director de la carrera de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales y Derecho. “Vamos a evaluar cómo reaccionan los jugadores ante la presión, qué cambios físicos y emocionales experimentan, y qué estrategias utilizan para gestionar el estrés”.

Los videojuegos como campo de estudio

 La propuesta no es descabellada. Los deportes electrónicos (eSports) han ganado reconocimiento internacional, al punto de ser considerados disciplina de exhibición en eventos como los Juegos Asiáticos. Competencias globales con premios millonarios han convertido a estos videojuegos en una arena donde la preparación psicológica es tan crucial como en cualquier otro deporte.

Harold Morán Vizuete, estudiante y uno de los coordinadores de la actividad, lo explica con claridad: “No solo estamos viendo un partido, estamos analizando el impacto psicológico del juego en tiempo real. Mediremos cambios en la presión arterial, la respiración, el lenguaje corporal y la comunicación entre los jugadores. Queremos entender cómo el estrés y la toma de decisiones afectan el desempeño de los equipos”.

Los participantes, organizados en grupos de tres, competirán entre sí mientras sus compañeros monitorean sus reacciones. Cada gesto, cada suspiro, cada palabra será registrado y analizado. “La frustración, la tensión, la euforia… todo eso es parte de la experiencia de un deportista, ya sea en una cancha o frente a una consola”, comenta Luis Mario Ayala Ayala, quien eligió este itinerario por la amplitud de su campo de acción: “La gente piensa que los deportistas son máquinas, que no sienten ansiedad o estrés. Pero cada partido es una carga emocional enorme. Como futuros psicólogos, tenemos que aprender a identificar y manejar esos estados”.

Un aprendizaje que va más allá del aula

Más allá de la experiencia en sí, la actividad busca romper estereotipos y ampliar la visión de la psicología deportiva. La psicología aplicada a los eSports no solo estudia el rendimiento de los jugadores, sino que también explora aspectos como la comunicación dentro de los equipos, el manejo de la presión y la resiliencia ante la derrota.

María de los Ángeles Vivero Sánchez, otra de las participantes, destaca que este tipo de prácticas les otorgan una ventaja profesional: “No había considerado antes el impacto de la psicología en los deportes electrónicos, pero es un campo con mucho potencial. Esto nos diferencia como estudiantes de la Laica y nos da herramientas que quizás en otras universidades no se enseñan”.

El torneo en el aula no tiene un trofeo al final. Pero los datos recopilados podrían convertirse en un insumo valioso para futuras investigaciones. Los videojuegos, que para muchos son solo entretenimiento, se revelan como un escenario idóneo para el estudio del comportamiento humano bajo presión.

Quizás, en el futuro, los psicólogos deportivos no solo acompañen a futbolistas y nadadores, sino también a los nuevos gladiadores digitales.

Contáctanos