El miércoles 20 de noviembre, la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil se llenó de entusiasmo con la visita de una delegación de estudiantes de la Unidad Educativa Particular Hugo Alemán. La jornada, organizada por el Departamento de Bienestar Universitario, dirigido por el doctor Luis Manzano Díaz, tenía un propósito claro: mostrarles a estos jóvenes el abanico de posibilidades que les ofrece la universidad, desde su oferta académica hasta sus modernas instalaciones.
Al llegar, los estudiantes fueron recibidos en el auditorio principal con una cálida bienvenida. “Hoy comienzan a imaginar lo que puede ser su futuro”, expresó el doctor Manzano, animándolos a aprovechar la experiencia al máximo. Como parte de la actividad, cada visitante llenó una ficha indicando su nombre y carrera de interés. Pero esto no fue un trámite más: era una invitación a proyectarse en lo que podrían llegar a ser.
El evento arrancó con la proyección de dos videos, uno sobre las carreras disponibles y otro sobre la identidad de la ULVR, enmarcado en su 58 aniversario y simbolizado por los majestuosos búhos. Este pequeño vistazo inicial fue solo el inicio de un día lleno de aprendizajes, sorpresas y hasta momentos emotivos.
Un ejemplo de ello fue el regreso de Ornela Legarda, graduada de Psicopedagogía y actual docente en la misma institución educativa que visitaba la universidad. “No venía desde la pandemia, y estoy asombrada de cómo ha crecido la ULVR. Es como volver a casa”, comentó con una sonrisa. Su mensaje a los estudiantes fue directo y esperanzador: “Aquí no solo encontrarán conocimiento, sino también apoyo para cada paso que den. Esta universidad los hará grandes profesionales”.
Cada facultad presentó su propuesta académica con pasión. La doctora Alba Morán Mazzini, de la Facultad de Educación, destacó la misión de formar maestros comprometidos con la sociedad. Por su parte, la máster Karla López, representando a Ciencias Sociales y Derecho, habló sobre el enfoque práctico de las carreras como Comunicación, Derecho, Psicología y Economía, subrayando el papel de los laboratorios de radio y televisión para enriquecer la experiencia estudiantil.
Mientras tanto, la máster Karina Malatay, de la Facultad de Administración, puso en valor la flexibilidad del tronco común de las carreras. “Si cambian de idea, no perderán nada de lo aprendido”, explicó, destacando además las modalidades híbridas online y presencial que la universidad ofrece.
El máster Genaro Gaibor, de la Facultad de Ingeniería, Industria y Construcción, capturó la imaginación de los jóvenes al hablar sobre cómo Arquitectura e Ingeniería Civil trabajan juntas para transformar sueños en construcciones tangibles. A esto se sumó el máster Luis Almeida, quien encendió la curiosidad al presentar la nueva carrera de Ingeniería en Software, una apuesta de la universidad por el futuro digital.
El recorrido por las instalaciones fue una de las partes más emocionantes del día. Desde la sala de juicios orales, donde los estudiantes de Derecho recrean procesos judiciales, hasta los laboratorios de topografía e hidráulica, cada espacio demostró cómo la teoría se convierte en práctica. En el Paseo del Fundador, incluso tuvieron la oportunidad de conocer a estudiantes de Administración que compartieron sus emprendimientos y experiencias en ferias académicas.
Un momento que brilló fue la visita a los laboratorios de radio y televisión, donde los jóvenes participaron en una simulación de un programa televisivo. La interacción fue tal que más de uno salió de allí pensando: “Esto podría ser yo”.
Al concluir la jornada, la satisfacción era evidente tanto en los estudiantes visitantes como en las autoridades y docentes de la ULVR. Cada sonrisa y cada pregunta respondida dejaban claro que esta no había sido una visita cualquiera. Para muchos, fue un primer encuentro con su futuro.
Quizás, entre esos jóvenes que caminaron por los pasillos de la ULVR, está un arquitecto que diseñará la próxima gran obra de la ciudad, una psicóloga que cambiará vidas o un comunicador que hará historia en los medios. Y todo comenzó aquí, en un día que parecía normal, pero que podría ser el inicio de algo extraordinario.