El miércoles 14 de agosto del 2024, el estadio Alberto Spencer fue el escenario de un apasionante encuentro entre los Búhos ULVR Fútbol Club y el Atlético de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. Las gradas vibraban con la energía de los hinchas, y la Murga de la ULVR no dejó de alentar a su equipo en ningún momento, marcando el ritmo de un partido que mantuvo a todos al borde de sus asientos.
Los primeros 15 minutos del partido transcurrieron sin grandes sobresaltos, con ambos equipos jugando cautelosamente en el medio campo. Sin embargo, los Búhos mostraron sus intenciones desde el primer tiro de esquina, acercándose con peligro al área rival. Aunque no lograron concretar, el juego se tornó más dinámico con contragolpes que, a pesar de ilusionar a los hinchas, terminaban en manos del arquero del Atlético. Un incidente en medio de estos intentos llevó a la primera tarjeta amarilla del partido, señalada al equipo visitante por una falta contra un jugador de los Búhos.
A los 30 minutos, los Búhos tuvieron una clara opción de gol, pero el delantero no supo definir frente al arco vacío, generando un suspiro colectivo en la tribuna. La intensidad del partido llevó al árbitro a conceder un receso de cinco minutos para que los jugadores se refrescaran. Al retornar al campo, los Búhos lograron anotar un gol, pero el árbitro lo anuló por fuera de juego, ahogando el grito de gol en las gradas.
El segundo tiempo comenzó con una renovada intensidad. Tanto así que un gol del Atlético fue rápidamente anulado por posición adelantada, seguido de otro gol de los Búhos que también fue invalidado por fuera de juego. La frustración en el estadio era palpable, pero los Búhos no se rindieron. Cada vez más seguros, atacaron con más fuerza, elevando las emociones y llevando el partido a su punto más álgido.
El Consejo de Regentes de la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil, en un gesto de camaradería, sorprendió a los hinchas regalando gorras y camisetas a aquellos que no dejaron de animar.
Con los minutos finales acercándose, los Búhos hicieron su único cambio en el partido, buscando ese impulso final que les permitiera romper el empate. Al final, el marcador se mantuvo en cero. Fue un partido sin goles, pero lleno de emociones, con una afición que, a pesar de las adversidades, nunca dejó de creer en su equipo. Los Búhos ULVR demostraron que, con perseverancia y el apoyo incansable de su afición, cada encuentro es una oportunidad para crecer y luchar por la victoria, aunque esta vez el gol se les haya resistido.